
Por Oscar Alberto Bruno
Como lo indica el título, mi libro salió publicado por la editorial Hammurabi, en el mes de abril de 2021. La razón por la que fue escrito y explica su utilidad, es que no había ningún otro previo que se dedique específicamente a esta puntual prueba en los procesos laborales. Y contando toda la importancia que este medio posee para resolver una gran cantidad de causas.
Trabajo actualmente en la Justicia Nacional del Trabajo y antes de ello he sido abogado litigante, lo cual me permitió poseer un conocimiento amplio y variado acerca de numerosas cuestiones relativas a la tramitación y resolución de una causa laboral.
Cuando comencé a tomar audiencias en mi rol de empleado judicial, si bien ya contaba con experiencia previa por haber asistido como litigante en diversas causas quise, de todas maneras, robustecer mi conocimiento, por lo que busqué material bibliográfico que se refiera a estas específicas audiencias en los juicios laborales. Sin embargo, no encontré nada, más allá de algún capítulo en algún libro de práctica profesional. Por ese motivo, tomé la decisión de crear métodos que me pudieran servir para celebrarlas de la mejor manera posible y también para proyectar distintos tipos de resoluciones con referencia a ellas. Por ello, y luego de algunos años realizando esta tarea y de pensar e investigar diversas cuestiones a su respecto, decidí sistematizar todo el conocimiento que había producido y colectivizarlo en este libro que está hoy publicado, a fin de ayudar tanto a otros empleados judiciales como a abogados litigantes, a sacar el máximo provecho posible a esta tan importante prueba.
Esta obra aborda tanto cuestiones conceptuales como prácticas. En este sentido, se profundiza respecto a las tareas importantes a la hora pensar y utilizar esta prueba. Así, por ejemplo, como audiencista me ha tocado escuchar que cuando le preguntaba al testigo cómo es que conoce al actor, respondiera que “porque todos los días nos encontrábamos en la parada de colectivo y sabía que él iba para su trabajo”. Entonces, lo importante no es meramente ir a la audiencia y hacer algunas preguntas, sino que la tarea comienza desde que se elige al testigo y decidir que este sea adecuado. Muchas veces también leo, al momento de las impugnaciones, que “el testigo no ha dado razón suficiente de sus dichos”, y esa tarea, así realizada, tampoco es una que le haya podido servir o dar beneficios a quien la realizó, ni menos a quien deba decidir a su respecto. Si el testigo no ha dado razón de sus dichos, lo importante es demostrar por qué y fundamentarlo. Y esto lo digo en el libro que aquí presento. En otro caso, en el que se discutía por un despido indirecto que había sido realizado en razón de un reclamo por la fecha de ingreso y por la remuneración devengada, durante la audiencia el abogado de la parte demandada pretendió interrogar acerca de la eficacia en el cumplimiento del débito laboral por parte del actor, y no permití esa pregunta ya que lo que se pretendía discutir con dicha cuestión era un tema ajeno a la cuestión por la que se había trabado la Litis ni tenía directa relación con las pretensiones conducentes de las partes.
Además de explicar y dar argumentos para muchas diversas situaciones conectadas con esta prueba, acompaño e introduzco en la obra numerosos modelos de interrogatorios para, también, muchas y diversas situaciones. Si bien no es un libro extenso –cuenta con solo 130 páginas- resultará de interés al lector la cantidad de modelos acompañados para todas las situaciones abordadas. Dichos modelos no pretenderán agotar la totalidad de las preguntas que se podrían hacer en ocasión de una audiencia, pero sí resuelven y abordan de manera adecuada muchas cuestiones que sí deben serle preguntadas a los testigos cuando declaran.
Como material de trabajo he utilizado cuestiones que he visto en las numerosísimas audiencias que he celebrado en mi vida profesional. En este sentido, si después de interrogar a un testigo alguna vez escuché u observé alguna cuestión introducida por el litigante y que advertí de utilidad, tomé nota de ella para utilizarlo yo también en próximas audiencias o situaciones comparables.
También he estado atento a las equivocaciones o errores que he observado de los litigantes y los explico en este libro, a fin de que el lector pueda transitar situaciones similares sin incurrir en ellos, como así también me aboco a cuestiones en las que he advertido que podrían haberse llevado a cabo tal o cual acción, pero que ello se ha omitido, a fin de alertar al lector a que no le pasen inadvertidas a él.
Es un libro concreto y a la vez amplio en lo que ha elegido tratar. El título no es pretencioso y creo, al mismo tiempo, que explica con claridad lo que el lector podrá encontrar en él. Se refiere, entonces, a la prueba de testigos y en los procesos laborales; a lo que tiene que probar, y a cómo hacerlo a través de las declaraciones. Esta prueba no es la única necesaria en los juicios entre trabajadores y empleadores o aseguradoras, y nadie puede desconocer la trascendencia, por ejemplo, de un adecuado intercambio telegráfico o la necesidad de la prueba pericial médica en los juicios por accidentes o enfermedades laborales. Pero la prueba de testigos resulta de gran importancia en numerosas situaciones, y son también varias las cuestiones que tienen conexión con su desarrollo y que aquí trato.
Así, por ejemplo, el juicio por consignación de certificados laborales es uno al que habitualmente nadie le presta demasiada atención. Si bien es cierto que no son muy frecuentes, sí lo son, en cambio, y como parte de otros reclamos, los realizados o las posiciones encontradas respecto a la entrega o no de los certificados laborales. Y hay aquí un problema que no es menor, ya que se trata, muchas veces, de una prueba negativa, con la dificultad que ello conlleva. Un hecho positivo suele ser siempre más fácil de probar: si el auto embistió a la motocicleta, podrán haber testigos que lo hayan visto. Pero, ¿Cómo se prueba, por ejemplo, que una persona no estuvo en un lugar un día a determinada hora? Porque de eso se trata muchas veces una de las discusiones que se dan con los certificados de trabajo. Mientras que la parte demandada afirma que el trabajador nunca vino a buscarlos pese a estar a su entera disposición, la parte actora sostiene que fue a retirarlos y que se los han negado. Pues bien, de esta situación también me ocupo en este libro y explica cómo la prueba testimonial podría servir para fundamentar la posición de las partes, a la par que lo acompaño con el correspondiente modelo de interrogatorio que se propone.
Se desarrolla también lo relativo a las preguntas procedentes y a las preguntas improcedentes como así también a los incidentes que se pudiesen formar. Se enumera y explica un amplio abanico de injurias a probar mediante testigos, se explican cuestiones vinculadas con la mecánica misma de la audiencia y también, y esto es otra cuestión que aporta valor al trabajo, se hace un análisis de la última resolución dictada por la C.N.A.T. relativa a la audiencia a celebrarse de manera digital, explicando el protocolo dictado en su consecuencia y formulando diversas recomendaciones y observaciones.
No es un libro imprescindible, pero sí es uno necesario. El trabajo realizado ha sido artesanal, y es de esta misma manera que se intenta que sea llevado a cabo por quien se vincule a estas audiencias, dándose aquí herramientas para ello.
La lógica del “copiar y pegar”, que tanto tiempo pareciera ahorrar, no supone el mismo nivel de eficacia que respecto al tiempo ahorrado, y es con esta inteligencia con la que se ha trabajado esta obra. Con la idea de aportar más y mejores recursos para quien participe, de una u otra manera, en la producción de una prueba que, se reitera, tanta importancia tiene para la resolución de los procesos laborales.